Cuando nos dan el vuelto por algo que compramos, generalmente puede pasar que el vendedor nos deba una moneda, o que nos dé un caramelo a cambio porque le faltan cinco centavos.
Lo cierto es que una sola moneda puede, por ejemplo, hacer la diferencia entre viajar en colectivo o no. Así que por lo que se nos debe, no está de más un justo reclamo.
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